domingo, 12 de enero de 2020

57

Puedo decirte que cuando el día se tuerce
busco un momento relajación,
adopto una postura de pensador
y escribo un poema arcoíris , para renovar el espíritu,
pero te mentiría.
Yo, cuando voy al rincón de lo concreto,
me dejo caer hasta el fondo del problema;
apoyo los codos en las rodillas,
me tapo los ojos , el bueno y el malo,
y maldigo al puto sillón
que ha jodido mi espalda.
Hiciste bien en negarte tres veces,
siempre fuiste dos pasos por delante
y yo me quedé a verlas venir.
El tiempo de suave brisa duró un suspiro,
cincuenta y siete vueltas
y aún sigo perdida...

Rosario Martín