jueves, 2 de julio de 2020

Atrás quedan los días de la exclusión y el miedo
y el sálvese quien pueda
en las colas del hambre.
Han pintado el cielo de azul
y todo lo que vuela es una danza,
un rito de cortejo.
Una arañita hace puenting
en la profunda grieta del asfalto
y en la cuneta, atrapados en la maleza,
un par de grillos rompen el silencio.
Será cuestión de abrir la mente
y buscar mas allá del mobiliario urbano,
beber naturaleza,
porque en cualquier momento
puedo darme de bruces
con la felicidad.